«La insistencia de los nombres, la abundancia de los topónimos. El nombre nos liga con las generaciones del pasado, con todos los antepasado que lo usaron y nos da cierta seguridad de permanencia, de pervivencia, nos desnihiliza, en cierta manera. Su uso prolongado hace que sean más que meros símbolos, al cargarse de memoria.»

U.N. Dos soños teimosos 1998